jueves, 19 de enero de 2012

Cupcakes y sorpresas




¿Sabes? Todavía repaso algunos de los eventos sucedidos el día de hoy. Y eso no tendría gran trascendencia si no me hubieras llamado como a tu novio.

Todo era perfectamente normal. Estábamos comiendo nuestro cupcake, tomando nuestro café y platicando de nuestras respectivas vidas como siempre. Tú con una sonrisa, y yo estrujándome el corazón por esconder mis sentimientos.

Entonces, empezamos a vagar.

Supongo que con el movimiento de nuestros cuerpos, nuestras mentes empezaron a divagar también, y fue entonces que te volviste a sentir cómoda conmigo. A lo mejor me llamaste así por costumbre. A lo mejor no.

Y esa duda es la que me mantiene despierto por ahora. Tal vez fue un accidente; tal vez lo dijiste para aliviar algo de lo que tú también tienes escondido. Y eso me vuelve a alentar, y darme esperanzas durante un rato más. Quisiera pensar que en realidad sí sientes algo por mí. Y que me tomas en cuenta más de lo que yo creo.

... y ahora quisiera agradecer al interés común que hizo este día posible; porque sin ella nunca se nos habría ocurrido ir a comprar un cupcake a la condesa. Pinkie Pie.